
Una transmisión limpia y en buen estado contribuirá al buen funcionamiento de la bicicleta. Una transmisión contaminada propiciará el deterioro de los componentes y resultará en unos cambios de marchas malos, y además no disfrutarás de tus salidas en bici.
Es magnífico ver a estos componentes relucientes y destellantes tras haber dedicado un poco de tiempo y esfuerzo a limpiarlos y lubricarlos. Esta guía te proporcionará información y los mejores consejos para realizar esta tarea correctamente la primera vez.
¿Qué necesitas?
- Limpiador de cadena/desengrasante específicos para bicicletas. Encontrarás más información acerca de los productos de limpieza aquí
- Cepillos de limpieza
- Lubricante de cadena. Encontrarás más información acerca de los lubricantes aquí
- Trapos, paños o esponjas viejos
- Limpiador para bicicleta
- Cubo de agua/manguera
Estos son recomendables pero no esenciales:
- Soporte de trabajo
- Dispositivo de limpieza para cadena
- Cepillo de dientes viejo
- Tensor de cadena: mantendrá la cadena en su sitio como lo haría un cassette.
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Cómo limpiar la transmisión
El modo más sencillo y práctico para limpiar la transmisión es levantar la rueda trasera del suelo. Un soporte de trabajo puede resultar muy útil para esta tarea, al ofrecer una plataforma estable para la bicicleta y permitirte extraer la rueda trasera. Esto sirve para asegurarse de que la suciedad que pueda tener el casete no pasa a la cadena que intentamos limpiar, y viceversa. En Wiggle disponemos de una gran variedad de productos de limpieza. Échales un vistazo aquí.
- 1. Usa un trapo viejo para quitar la suciedad de las roldanas y los platos.
- Agarra la cadena de un puñado por debajo de las vainas apretando ligeramente con el puño en el que tienes el trapo, que hará de guante. Gira las bielas hacia atrás unas cuantas revoluciones para que el trapo absorba toda la suciedad y la grasa sueltos de la cadena.
- Pulveriza la cadena, los platos y los cambios con un limpiador o desengrasante de cadenas específico para la bici. También puedes untar la cadena cepillándola con el producto. Evita pulverizarlo directamente sobre los cables, porque de ese modo podrías quitarles la grasa útil.
- Con la ayuda de un cepillo de limpieza viejo de cerda rígida (o un cepillo de dientes viejo), frota la cadena, las roldanas, los platos y el interior de las placas de los cambios. La suciedad saltará relativamente fácil. En circunstancias extremas puede que necesites quitar cada uno de los componentes individuales para limpiarlos en profundidad.
- Limpia el desengrasante de la transmisión con un limpiador para bicicletas y aclara.
- Habiendo quitado la rueda trasera de la bicicleta, utiliza un cepillo o un trapo para limpiar la suciedad suelta de entre medio de los piñones.
- Pulveriza o unta el desengrasante con un cepillo por el casete y deja que gotee desde los piñones.
- Utiliza un cepillo con pelos largos para quitar la suciedad que pueda quedar. También ayudará poner un trapo entre cada piñón. Si el casete está muy sucio, puede que necesites sacarlo para limpiarlo bien.
- Lava el cassette con el limpiador para bicicletas y enjuágalo.
- Con la ayuda de un limpiador para bicicletas y una esponja limpia, elimina cualquier suciedad o residuo de grasa del cuadro y los componentes.
- Seca los componentes con un trapo sin pelusa. Consejo: zarandea la bicicleta y la rueda trasera unas cuantas veces primero para expulsar el agua que pueda haber quedado.
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Cómo lubricar la transmisión
La lubricación de la transmisión es muy importante, y con un poco de tiempo y esfuerzo, el resultado merecerá la pena. Que haya mucho lubricante en la cadena es tan malo como que falte. El exceso de lubricante atraerá la suciedad y propiciará el deterioro de los componentes de la transmisión. Por el contrario, la falta de lubricante provocará que la cadena empiece a chirriar y los eslabones queden rígidos, debió a la falta de lubricante en la parte interna. Esto afectará a la calidad de los cambios de marchas. Esta guía incluye los diferentes tipos de lubricantes para cadenas disponibles.
Si sigues estos pasos, tu transmisión funcionará con tanta fluidez como la primera vez que la usaste.
- Asegúrate de que la cadena siempre se conserve limpia. Aplicar lubricante en una cadena sucia creará una especie de pasta cortante, que propiciará el deterioro de los componentes de la transmisión.
- Aplica una gota del lubricante que hayas escogido en cada uno de los rodillos de la cadena. Una vez que los rodillos estén revestidos, gira los platos y bielas hacia atrás durante 20 segundos para que el lubricante se penetre en la parte interna de los rodillos de la cadena. Consejo: comienza aplicando el lubricante en el pasador de unión, para que sepas por dónde empezaste.
- Usa un trapo sin pelusa y seca el lubricante que haya quedado en la cadena, los platos y las roldanas.
- Repite los pasos 2 y 3.
- Aplica con cuidado un par de gotas de lubricante para cadena en los muelles de los cambios, para que continúen funcionando sin problemas.
CONSEJO: usar el lubricante directamente desde la botella es el mejor modo para aplicar el lubricante, y también permite mayor precisión que el pulverizador.
Consulta nuestra guía para más información acerca de los limpiadores y lubricantes para bicicletas: