
La tecnología en el campo de los cascos ciclistas está siempre en constante evolución y perfeccionamiento para ofrecerte la mejor protección y el mejor rendimiento posibles. El sistema MIPS (sistema de protección frente a impactos multidireccionales) para cascos ha sido desarrollado por los neurocirujanos y científicos líderes del sector para reducir las fuerzas rotacionales en el cerebro causadas por los impactos angulares recibidos en la cabeza.
¿Qué es MIPS?
MIPS es la sigla de Multi-Directional Impact Protection System (sistema de protección frente a los impactos multidireccionales), aunque a simple vista esto no te diga mucho… En realidad se trata de una tecnología revolucionaria en el mundo de los cascos, desarrollada por un grupo de investigadores líderes en biomecánica y neurobiología. El sistema MIPS ofrece una mayor protección que otras tecnologías y reduce los puntos de presión en el cerebro en caso de sufrir un impacto angular (los impactos angulares significan básicamente golpes en la cabeza al sufrir un accidente).
A menos que te fijes en el interior, un casco equipado con MIPS tiene una apariencia prácticamente idéntica a uno sin este sistema. Los cascos con MIP incluyen una especie de forro amarillo por debajo de las almohadillas; de esta manera, desde el exterior, el único indicador que te permitirá distinguir un casco con MIPS de otro sin él, es el detalle que algunas marcas incluyen en forma de pequeño logo de MIPS en amarillo. ¡Ni siquiera notarás la diferencia cuando lo lleves puesto!
¿Cómo funciona un casco equipado con el sistema MIPS?
En caso de sufrir un impacto, los cascos normales sin MIPS incluyen un forro que reduce la presión sobre el cerebro al deformarse con el impacto, aunque el golpe pueda causar que el cerebro gire dentro del cráneo, lo que podría provocar daños cerebrales. La ciencia detrás de la tecnología MIPS fue inspirada por la defensa natural del cuerpo frente a este tipo de lesiones cerebrales: el líquido cerebroespinal, un líquido que fluye entre el cerebro y el cráneo y que permite que el cerebro se deslice durante un impacto angular.
De modo similar al funcionamiento del líquido cerebroespinal al sufrir un impacto angular, el forro MIPS se desliza para redirigir las fuerzas del golpe, redirigiendo a su vez la transmisión de la energía que de otro modo iría hacia el cerebro. El forro solo se mueve unos milímetros durante un periodo muy corto de 2 milésimas de segundo; no obstante, esto basta para reducir la fuerza rotacional que podría transferirse al cerebro y causar daños o lesiones.
¿Por qué vale la pena invertir en un casco con MIPS?
Las estadísticas demuestran que en la mayoría de accidentes más comunes, las fuerzas rotacionales provocan la rotación de la cabeza y el cerebro. Aunque nunca se pueda asegurar el resultado que podría causar un choque, sí puedes tomar sin embargo pasos para reducir los potenciales daños. Esta es exactamente la razón por la que MIPS es un sistema en el que realmente vale la pena invertir. En caso de sufrir un impacto en el que las fuerzas rotacionales podrían causar daños en el cerebro debido a la torsión, MIPS podría marcar la diferencia vital entre una lesión grave o un simple dolor de cabeza con daños mínimos. A pesar de que MIPS no pueda garantizar cero lesiones, podrás quedarte más tranquilo al saber que con este sistema se reducirá todo lo posible la transmisión de energía del impacto hacia el cerebro.
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